• Desde el origen de los tiempos, poder absoluto masculino, la razón de la fuerza. Hasta hace poco la inmensa mayoría de los seres humanos nacían, vivían y morían en unos kilómetros cuadrados. Eran obedientes, temerosos, silenciosos…. y no podían ejercer las cruciales funciones que les encomendó en 1945 la Carta de las Naciones Unidas:
“Nosotros, lo pueblos…”

Salvo casos excepcionales, la mujer estaba “oculta”, marginada… (recordar a Geoges Sand… y la sorpresa que produjo que encargara a una mujer, la profesora Magdalena Ugarte, en 1966, el proyecto de detección precoz de metabolopatías).

El recuerdo indeleble de Marie Curie y el esplendor de Rita Levi Montalcini, Premio Nobel en 1986 (anécdota con Jean Dausset y Sandro Pertini).

• Con la tecnología digital no sólo se sabe, por primera vez, lo que acontece sino que lo seres humanos ya pueden expresarse libremente y, lo más importante, la mujer –“piedra angular de la nueva era”, según el Presidente Nelson Mandela- desempeña progresivamente el papel esencial que le corresponde.

• Todos los seres humanos iguales en dignidad. Cada ser humano único capaz de crear, nuestra esperanza. El por-venir está por-hacer: inventarlo! (John F. Kennedy).

• Educación para ser “libres y responsables” (Constitución UNESCO). Distinguir entre educación y capacitación, conocimiento e información, información y noticia.

Como ha destacado Tereixa Constenla, Marie Curie junto a Mary Anning, paleontóloga, y Ada Lovelace, matemática y precursora de la programación informática, dejó huellas perenes de las iguales facultades distintivas de la especie humana, y del esencial cometido de la mujer para la transición histórica de la fuerza a la palabra (“la mujer sólo excepcionalmente utiliza la fuerza; el hombre sólo excepcionalmente no la utiliza, Nelson Mandela 1996).

Sólo el 5% de los 881 Premios Nobel concedidos desde 1901 son mujeres… ¡48 frente a 833!. Pero ahora ya se ha iniciado, por fortuna, la “normalización”. Maria Curie, Premio Nobel de Química y Física en 1903, creo el sistema móvil de detección radiológica y, en 1935, el Premio Nobel de Química correspondió a su hija Irene. Sólo el 20% de las mujeres ocupan cargos de “relieve” de índole científica en la UE actualmente pero, ha escrito Flora de Pablo, en el Programa 2020 está prevista la igualdad de género.

• Ciencia y conciencia. Lo factible y lo admisible. Acceso de todos los ciudadanos a los beneficios del progreso científico (Artículo 17 de la Declaración Universal de Derechos Humanos).

• Movilización social: comunidades artística, científica, docente, intelectual, en suma. La mujer en la vanguardia de los cambios radicales que se requieren para la economía basada en el conocimiento, para la puesta en práctica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Acuerdos de Paris sobre Cambio Climático y, en breve resumen, para actuar a tiempo, antes de que sea demasiado tarde, porque estamos haciendo frente, en el antropoceno, a procesos potencialmente irreversibles.

• Marie Curie, pionera ilustre de la igualdad de género y de la nueva era que se avecina.

Federico Mayor Zaragoza
Presidente de la Fundación Cultura de Paz

20 octubre 2017, 19:30
Salón de conferencias Edificio Central, CSIC Serrano 117

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